El porqué de la ética


La República Dominicana, está abocada a realizar un ingente esfuerzo hacia el desarrollo sostenido, y para esto es necesaria una integración social, política y económica con las naciones del mundo. Es un gran reto que debe estar acompañado de un fuerte compromiso del Estado como de la Sociedad que permita a nuestra nación dinamizar su economía, y seguir el ejemplo de los países dignos de admirar del globo terráqueo.

Las comunidades del mundo, necesitan una mejor distribución del PBI, debido a que unos pocos se adueñan del 95% de este, mientras que la mayoría poblacional solo “disfruta” de a pena un 5% de esos resultados operacionales. Una simple mirada a algunos de los países desarrollados, nos revela que la “ética” es la base de sustentación del desarrollo de los pueblos.
Noruega es uno de los líderes mundiales en trasparencia: allí la corrupción es casi inexistente. Por lo que, la legislación anticorrupción es reducida. La causa se halla en los valores sociales predominantes. Un corrupto sería duramente excluido por su familia, los vecinos, los círculos sociales, etc. Finlandia, tiene la tasa de presos más bajas de Europa y, al mismo tiempo, tienen el menor número de policías per cápita del continente, la prevención de la criminalidad se halla en la cultura de valores, respecto, acceso a las oportunidades y un sistema de prisiones abiertas, que efectivamente rehabilita. Suecia, casi ha erradicado la discriminación de género. Una opinión pública, considera que este es uno de los puntos principales que presiona un continuo avance. Canadá, tiene uno de los sistemas de salud de mejor calidad del planeta y totalmente inclusivo. Esto debe ser intocable y priorizarse siempre. Holanda, como los países Nórdicos, Canadá y otros Estados, líderes en lo económico-social, tiene altos niveles de equidad en la distribución del ingreso y acceso universal a la educación y salud. En la cultura de todos estos países predomina una actitud de rechazo a las grandes desigualdades y de apoyo a la equidad y a la igualdad de oportunidades (Kliksberg, Bernardo. Más Ética más desarrollo, 13va. Edición internacional. Universidad Autónoma de Santo Domingo, noviembre 2007).
Con relación a nosotros, a finales del siglo pasado, la Cámara de Cuentas de la República Dominicana, puso a circular un documento donde señala que los países no son más o menos desarrollados, por el hecho de una gran dimensión territorial y/o poblacional, sino por la ética, el respeto a las leyes, normativas y a las personas como tal. En el documento de referencia se citaban varios casos de países pequeños que han logrado el desarrollo y de otros grandes que no han podido lograr ese objetivo.

Generalmente se establece que las riquezas de las naciones conlleva la posibilidad, de que haya más o menos corrupción, en el caso de Noruega se reafirma que un bajo nivel de corrupción, no es directamente proporcional con esta conceptualización, en la actualidad este es uno de los países más rico del globo terráqueo. Su producto interno bruto (PBI) es el segundo más alto, dentro del grupo Nórdico de naciones, es el tercer exportador de petróleo del mundo, después de Rusia, Arabia Saudita, y su industria del crudo hace una cuarta parte del PBI nacional. Todo esto conlleva a que esta Nación sea en la actualidad uno de los países más rico del mundo. ¿Dónde está el secreto?, en la equidad, la distribución del ingreso y al acceso universal de la educación y salud, que son indicadores muy ausente en los países que como República Dominicana, no han podido lograr su desarrollo, basado en la disminución de la pobreza y una mejor distribución del PBI en estos renglones.
Otra conceptualización justificativa del alto nivel de corrupción de los pueblos de América son los cambios coyunturales de transición que se reflejan en el contexto socio-económico, como lo establece el Maestro Celedonio Jiménez en su obra “Ética, Crisis Social y Educación en Valores. Evidentemente que estos cambios, pueden ser detonantes de crisis de valores poblacional, pero no son variables que determinan el nivel ético de los pueblos y en consecuencia no representan la posibilidad de un desarrollo nacional. Los efectos de desarrollo posterior a la Segunda Guerra Mundial, no tuvieron los mismos resultados en el continente Africano para Argelia como Somalia ni en América en Argentina y Ecuador. En el Continente Asiático, el efecto para China no fue el mismo de Corea del Norte, Corea del Sur, Taiwán o Japón, que emergieron como potencias comerciales debido a su gran disciplina en el uso de los recursos del Estado y respeto a las normativas vigentes.
La República Dominicana debe adoptar una disciplina, en la búsqueda de los objetivos de desarrollo, que debe siempre estar acompañada por una gran responsabilidad de Estado, y de todos nosotros que debemos asumir la obligatoriedad del aporte individual y colectivo para que las actitudes éticas, de valores, competencia, integridad, confidencialidad y objetividad sean el axioma nacional de compromiso, mediante planes estratégicos claramente definidos.


Lic. Pablo Valdez, MGP-MAICG
Director de la Carrera de Contabilidad de la UASD

PRESIDENTA

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